En estas entrañables fiestas de la Navidad, en las que celebramos el nacimiento del Niño Dios, la Barca de Santiago continua su travesía.
En este número nos acercamos a diversos momentos y realidades de la vida de la Iglesia que nos muestran que no vamos solos en nuestra misión, que desde nuestros lugares y nuestras circunstancias, trabajamos para acercar a todos los hombres a Jesús.
En estas fechas, que son para nosotros memorial, realidad y esperanza, en las que celebramos que el Hijo de Dios vino, viene y vendrá a nuestra vida, desearos que dejemos al Verbo hecho hombre, entrar en nuestro corazón, para que su mensaje de paz y amor nos transforme y seamos luz para nuestros hermanos.
Que el año nuevo que vamos a comenzar sea para todos un año de bien y de gracia.
“El Señor te bendiga y te proteja,
ilumine su rostro sobre ti
y te conceda su favor.
El Señor te muestre tu rostro
y te conceda la paz”
Núm 6, 24-26