Juventud

Tener el “solo Dios basta” en la cabeza

El pasado agosto se celebró el Encuentro Europeo de Jóvenes en Ávila, conmemorativo del V Centenario del nacimiento de Santa Teresa. Cuando a mí se me planteó ir, dije por supuesto que sí, ya que me encantan las actividades que organiza o en las que participa la Pastoral Juvenil de Santiago. Los días previos al Encuentro Europeo estuvimos en Sotillo de la Adrada, en la casa de las Agustinas de la Conversión, teniendo una experiencia basada en la vida de estas agustinas, que nos enseñaron su labor del día a día (actividades en el campo, el trabajo que hacen con distintos jóvenes que las visitan e, incluso, su animada, siempre con música, manera de rezar), cosa que nos ayudó a todos los jóvenes gallegos y nos llenó de Gracia para los días siguientes.

El “planning” de Ávila quizá podía no resultar atractivo para un joven normal, ya que fueron días muy intensos en los que desde muy temprano hasta ya horas altas de la noche nos hablaban de la vida de una santa que nos queda cinco siglos atrás. Sin embargo, no dejaron de ser días divertidos y encontrábamos a una santa que nos ayudaba hoy con palabras de hace 500 años en actividades con otros jóvenes de todas las diócesis españolas y de algunas europeas: gymkanas por toda la ciudad de Ávila, mesas redondas, la impresionante “Feria de las Vocaciones”, charlas, talleres de todo tipo y los conciertos de la noche que siempre acababan con tu fuerza, pero aumentado el ánimo para el día siguiente.

Lo mejor de Ávila fue que el encuentro logró su objetivo principal, nos centró en la vida de esta amiga de Dios para poder acercarnos mucho más a Él. De esto nos dimos cuenta la mayoría de los jóvenes en lo que fue casi la clausura del Encuentro, en la vigilia de la noche del día 8, donde pudimos los 6.000 jóvenes rezar delante del Santísimo en un ambiente muy bonito de silencio y recogimiento. Y cuando ya acaba este encuentro, volvemos los jóvenes a nuestras casas teniendo el “sólo Dios basta” cada minuto del día en la cabeza y sabiendo que aunque sean “tiempos recios” sabemos combatirlos con un “amigos fuertes de Dios”.

Mateo Aguado Domínguez