Parroquias

Touro

Muchos piensan en Touro como el jardín de la ciudad de Santiago. El nombre de la capital, Fonte Díaz y los ecosistemas húmedos que conforman los afluentes del Ulla (Lañas y Brandelos), propician la agricultura y la ganadería en la zona. La gastronomía se enriquece, pues, en el lugar, con buenos productos. La sede de Luar vino después.

Existe un vínculo fuerte con las tradiciones y leyendas jacobeas. La misma denominación del ayuntamiento se relaciona con la llegada de los restos del Apóstol Santiago. El libro tercero del Códice Calixtino relata la traslación de los restos apostólicos de Jerusalén a Santiago. Se cuenta que, tras varias peripecias, la Reina Lupa habría encargado a los discípulos de Santiago que recogiesen unos bueyes bravos de su propiedad para el traslado del cuerpo. Al término de la empresa (con milagro de “mansedumbre taurina” incluido), uno de los toros escapó y fue visto a varios kilómetros en un lugar, llamado desde entonces: Touro.

Se constatan huellas de emplazamientos, edificaciones y topónimos de época castreña. También de cultura romana. En los siglos XVII-XVIII, familias adineradas se asientan en la zona, dejando su huella en los pazos y casas grandes del ayuntamiento. Éste, precisamente, se constituye como tal en la división administrativa de Isabel II. En su honor, Touro lleva la corona real en su escudo heráldico, así como las iniciales regias “Y II”. Luego vinieron la emigración, la apertura de la Mina de Río Tinto y Dona Dana.

En la época del Carnaval aparece el desfile los tradicionales “Xenerais da Ulla”. Existen testimonios de este original “antroido” rural desde mediados del siglo XIX. Los generales y correos a caballo, recorren las parroquias dando “vivas”, acompañados de numerosos abanderados, coros, comparsas y parrandas. Escenifican un enfrentamiento dialéctico por parejas, en el que se satirizan asuntos locales, política, “rosa” o cualquier noticia relevante del año.

José Recarey es el párroco de Touro (y unidas). De su trabajo pastoral por estos bellos lugares, destaca el esfuerzo interparroquial por sacar adelante diversas actividades. En fechas recientes, prepararon una pequeña peregrinación a Santiago de jóvenes de todo el arciprestazgo. Pero además, las tareas de formación, lúdicas, organizativas, etc., se extienden con un radio de acción que abarca concellos limítrofes como O Pino y Arzúa. Porque se plantea vital el trabajo en equipo de cara al futuro. El párroco brinda el rostro acogedor de la Iglesia en las diferentes ocupaciones de su ministerio.