Seguro que el cristiano de a pie se siente más holgado si se encuentra con una Novena a San Roque o a Santa Rita que si cae en sus manos una Novena al Buen Pastor. Sin embargo cuantos están familiarizados con la palabra de Dios, recogida en la Sagrada Biblia, concebirán sin duda la Novena al Buen Pastor como un encuentro con Dios Padre, que nos ha mostrado su misericordia entregándonos a su Hijo; y a la vez un encuentro con el Hijo de Dios, quien, como Buen Pastor, entrega su vida para que los demás hombres alcancemos la vida eterna.
Acaba de aparecer en Santiago de Compostela una Novena al Buen Pastor. Es obra del Canónigo Lectoral de la Catedral de Santiago D. José Fernández Lago; goza de la licencia eclesiástica, reconocida por Mons. Julián Barrio Barrio; y recoge unas diez ilustraciones de D. Ramón Irago, alusivas en un caso a Moisés, que guía a su pueblo, y en el resto al pastor que se preocupa de sus ovejas y las defiende hasta dar su vida, cuando aparece el lobo y quiere hacer estragos en el rebaño.
Cada uno de los días del novenario consta de cuatro puntos y tres apéndices.
El primero de los puntos recoge lo que sería un encuentro cordial y verbal con Dios, nuestro Padre: encuentro que se repetirá con las mismas palabras a lo largo de los nueve días. El ser humano reconoce su pequeñez y acude al Señor para recabar de Él los criterios oportunos para la propia vida. En un segundo punto se desarrolla un tema bíblico, en el cual aparece la preocupación de Dios por el pueblo creyente. El tema escogido para cada día, mostrará, según pasan los días de la novena, una relación cada día más estrecha entre el pastoreo del Señor y el beneficio para los hombres. Sigue el tercer punto, en el cual se hace la denominada “Oración de los fieles”: se dirigen al Señor las súplicas que el tema del día ha sugerido, acogiéndonos a la preocupación de Dios por los seres humanos. Finalmente como cuarto punto, se hace una oración, apoyándose en los elementos ofrecidos por el tema del día.
Los tres apéndices giran en torno al tema que se ha desarrollado ese día, y se concretan de este modo:
En primer lugar, unas referencias de textos bíblicos; seguidamente, una reflexión, apoyándose en algunos escritos, como la Exhortación Apostólica de San Juan Pablo II Pastores dabo vobis, la Bula del Papa Francisco Misericordiae Vultus, de convocatoria del Año Santo Extraordinario; y la Carta Pastoral Jesucristo, el rostro de la misericordia del Padre, de Mons. Julián Barrio Barrio, con motivo de la Convocatoria del Jubileo Extraordinario de la Misericordia; y en tercer lugar, la sugerencia de algunos cantos, a tono con el tema desarrollado en ese día. La reflexión, que constituye el segundo apéndice, es útil para el creyente en general y de modo especial para el sacerdote que ha de predicar. Conjuga lo que es la misericordia divina hacia los hombres con la condición del Buen Pastor, que nos muestra su amor dando la vida por sus ovejas.
Los temas de cada día de la novena, que constituyen el segundo punto de cada encuentro, van teniendo en consideración, “in crescendo”, la preocupación de Dios por elegir pastores para su pueblo; su pesar al ver que algunos de ellos no eran fieles a su cometido; el anuncio de que Él mismo iba a pastorear a sus ovejas; la constatación del salmista de que el Señor es nuestro Pastor; el pastoreo del Hijo de Dios al ver a la gente “como ovejas sin pastor”; la angustia de Jesús por la oveja perdida; la entrega de la vida de Cristo por salvar a las ovejas de uno y otro redil; la vuelta al pastor y guardián de las ovejas; y el encargo hecho a Pedro para que pastoree a los corderos y a las ovejas.
En el tiempo actual, a nivel de celebraciones en los templos, estamos sufriendo el cambio que se ha producido hace medio siglo, cuando se empezó a dejar el rezo del rosario y de las novenas, para tener la celebración eucarística por las tardes. Ahora, debido a la escasez de sacerdotes, cuando algunos tienen unas cuantas parroquias, al no poder celebrar Misa en todas ellas, quedan las iglesias cerradas, en detrimento de la piedad popular. Ésta puede irse recuperando si algún cristiano de la parroquia dirige el rezo del Rosario y lee una novena. Cierto que ha de tenerse presente que, con todo el cariño y la veneración que pueda haber hacia los santos, no podemos hacer en ellos una parada definitiva. Hemos de ir más allá, hasta llegar al Buen Pastor, que da la vida por sus ovejas para salvar al hombre, y que nos manifiesta el rostro misericordioso del Padre.
José Fernández Lago
Canónigo y autor del libro
Seguro que o cristián de a pé séntese máis folgado sei se atopa cunha Novena a San Roque ou a Santa Rita que se cae nas súas mans unha Novena ao Bo Pastor. Con todo cantos están familiarizados coa palabra de Deus, recollida na Sagrada Biblia, concibirán sen dúbida a Novena ao Bo Pastor como un encontro con Deus Pai, que nos amosou a súa misericordia entregándonos o seu Fillo; e á vez un encontro co Fillo de Deus, quen, como Bo Pastor, entrega a súa vida para que as demais persoas alcancemos a vida eterna.
Acaba de aparecer en Santiago de Compostela unha Novena ao Bo Pastor. É obra do Cóengo Lectoral da Catedral de Santiago D. José Fernández Lago; goza da licenza eclesiástica, recoñecida por Mons. Julián Barrio Barrio; e recolle unhas dez ilustracións de D. Ramón Irago, alusivas nun caso a Moisés, que guía ao seu pobo, e no resto ao pastor que se preocupa das súas ovellas e as defende ata dar a súa vida, cando aparece o lobo e quere facer estragos no rabaño.
Cada un dos días do novenario consta de catro puntos e tres apéndices.
O primeiro dos puntos recolle o que sería un encontro cordial e verbal con Deus, noso Pai: encontro que se repetirá coas mesmas palabras ao longo dos nove días. O ser humano recoñece a súa pequenez e acode ao Señor para solicitar del os criterios oportunos para a propia vida. Nun segundo punto desenvólvese un tema bíblico, no cal aparece a preocupación de Deus polo pobo crente. O tema escollido para cada día, amosará, segundo pasan os días da novena, unha relación cada día máis estreita entre o pastoreo do Señor e o beneficio para as persoas. Segue o terceiro punto, no cal se fai a denominada “Oración dos fieis”: diríxense ao Señor as súplicas que o tema do día suxeriu, acolléndonos á preocupación de Deus polos seres humanos. Finalmente, como cuarto punto, faise unha oración, apoiándose nos elementos ofrecidos polo tema do día.
Os tres apéndices viran en torno ao tema que se desenvolveu ese día, e concrétanse deste xeito:
En primeiro lugar, unhas referencias de textos bíblicos; seguidamente, unha reflexión, apoiándose nalgúns escritos, como a Exhortación Apostólica de san Xoán Paulo II Pastores dabo vobis, a Bula do Papa Francisco Misericordiae Vultus, de convocatoria do Ano Santo Extraordinario; e a Carta Pastoral Xesucristo, o rostro da misericordia do Pai, de Mons. Julián Barrio Barrio, con motivo da Convocatoria do Xubileu Extraordinario da Misericordia; e en terceiro lugar, a suxestión dalgúns cantos, a ton co tema desenvolvido nese día. A reflexión, que constitúe o segundo apéndice, é útil para o crente en xeral e de modo especial para o sacerdote que ha de predicar. Conxuga o que é a misericordia divina cara ás persoas coa condición do Bo Pastor, que nos amosa o seu amor dando a vida polas súas ovellas.
Os temas de cada día da novena, que constitúen o segundo punto de cada encontro, van tendo en consideración, in crescendo, a preocupación de Deus por elixir pastores para o seu pobo; o seu pesar ao ver que algúns deles non eran fieis ao seu cometido; o anuncio de que El mesmo ía pastorear ás súas ovellas; a constatación do salmista de que o Señor é o noso Pastor; o pastoreo do Fillo de Deus ao ver xente “como ovellas sen pastor”; a angustia de Xesús pola ovella perdida; a entrega da vida de Cristo por salvar as ovellas dun e outro curro; a volta ao pastor e gardián das ovellas; e o encargo feito a Pedro para que pastoree os cordeiros e as ovellas.
No tempo actual, a nivel de celebracións nos templos, estamos sufrindo o cambio que se produciu hai medio século, cando se empezou a deixar o rezo do rosario e das novenas, para ter a celebración eucarística polas tardes. Agora, debido á escaseza de sacerdotes, cando algúns teñen unhas cantas parroquias, ao non poder celebrar Misa en todas elas, quedan as igrexas pechadas, en detrimento da piedade popular. Esta pode irse recuperando se algún cristián ou cristiá da parroquia dirixe o rezo do Rosario e le unha novena. Certo que ha de terse presente que, con todo o agarimo e a veneración que poida haber cara aos santos, non podemos facer neles unha parada definitiva. Habemos de ir máis aló, ata chegar ao Bo Pastor, que dá a vida polas súas ovellas para salvar a humanidade, e que nos manifesta o rostro misericordioso do Pai.
José Fernández Lago
Cóengo e autor do libro