Hoy, como ayer, Dios sigue siendo una noticia necesaria. Quizá por eso la Secretaría de Medios de Comunicación de la Diócesis acogió con entusiasmo la iniciativa del arzobispo, monseñor Barrio, de convocar a los periodistas y a todas aquellas personas que trabajan en los medios a un Jubileo de la Comunicación, en el marco del Año Extraordinario de la Misericordia. En su tradicional Carta Pastoral con ocasión de la Jornada Mundial de la Comunicaciones Sociales, monseñor Barrio, apuntaba que con esa celebración “será hermoso compartir ese profundo anhelo de verdad que late en el trabajo de los comunicadores y en la tarea evangelizadora de la Iglesia, en este Año de la Misericordia”.
La Iglesia y los medios comparten, ciertamente, el anhelo por difundir aquello que se considera noticia. Anunciar el Evangelio es dar cuenta de la “buena nueva” de Jesús.
En el oficio del periodismo, informar es la esencia de la profesión. Y ahí, en ese espacio común, es donde la Iglesia diocesana y los medios presentes en la Diócesis se encontraron el pasado 17 de junio.
Monseñor Barrio presidió la Eucaristía en la catedral, respondiendo con su homilía a la invocación al Apóstol que, en nombre de todos los presentes, había realizado Xosé Luis Barreiro. Una fotografía al final de la Misa, en el Altar Mayor, queda como recuerdo de este acontecimiento. Después, un almuerzo de confraternidad en el que se compartieron experiencias, anécdotas y se vivió un ambiente agradable, distendido.
Y en el ánimo de muchos quedaron para degustación algunas frases de monseñor Barrio, en su homilía, al recordar a los comunicadores que “vuestra misión es un servicio a la verdad integral del hombre, ofreciéndole todos los elementos que le ayuden a comprender la realidad. Sois alfareros de la palabra que nacéis en un río propio y desembocáis en el mar de la humanidad”. O aquella otra en la que dijo que “vuestra tarea no es fácil pero ciertamente es apasionante, porque está al servicio de la verdad siempre indispensable”. O lo que comentó Xosé Luis Barreiro Rivas, cuando aseguró que cuantos trabajan en los medios de comunicación “temos hoxe unha grande responsabilidade profesional e moral coa verdade, coa liberación dos probes e aflixidos, coa debilidade dos nenos e a discriminación das mulleres, coa recta distribución do pan e do traballo, e coa xestión da paz e da liberdade para as que fomos criados”.
Hacer cercana la realidad de nuestra Iglesia diocesana a los medios era, en el fondo, el objetivo de esta jornada jubilar. Y explicar, con actitud de acogida y de profundo respeto a la libertad de cada uno, que, hoy, como ayer, Dios sigue siendo una noticia necesaria.
Redacción