En el extremo más al sur de la Archidiócesis Compostelana, Cangas do Morrazo saluda a Vigo de un modo permanente. Son vecinos. La ría, más que separarlos, les une en un mismo destino: la mar. Impresiona la religiosidad de una parroquia que llena, para las Misas diarias, un templo enorme. También son famosas las procesiones de Semana Santa, pues el valor histórico de sus tallas le conceden una cierta “ventaja”. A veces, para encontrar perlas de encanto natural, se debe viajar hacia el extremo de las rías.
1.- DESDE EL CORAZÓN
Lo más fácil sería catalogar a Cangas por la famosa canción: “Vexo Vigo, vexo Cangas, tamén vexo Redondela” y tranquilizarnos pensando que con ir “camino da miña terra” ya entenderemos en porqué del acento gallego de sus habitantes, cantarín, con peculiaridades propias, pero que transmite gran cariño y acogida. Las aristas del bravo carácter marinero han sido limadas en Cangas por los distintos avatares de la vida.
Cuando el Balonmano copa la conversación deportiva y el Club de Remo la tradición trainera de las rías, uno ya puede observar que se encuentra en un lugar diferente, original, con esencia propia. A los foráneos, enamoradizos de estómago, les basta elogiar las playas y la gastronomía. Pero resulta un diagnóstico insuficiente. ¡Ah, si hablasen los “vapores” que cubren la ruta Cangas-Vigo! Cuántas historias nos contarían. Junto a esa melancolía, un rincón de paraíso: las Cíes. Hoy pertenecen a Vigo “por lo civil”, pero Cangas siempre ha sido su cariñosa “niñera”.
Sorprendente: la vanguardia cultural suele llegar a Cangas muy rápido. “Movida” musical “punk”, música electrónica, Jazz… Probablemente, en los primeros tiempos de las casas de patín o las casas terreñas, típicas del lugar, se escuchaba otro tipo de música. Porque los escultores Xácome Fernández, Xoán Piñeiro o Francisco Asorey, con obras en la Villa, se habrán movido en otro contexto.
Cangas guarda elementos renacentistas y tallas y retablos barrocos, entre los que destacan el Cristo del Consuelo y el “Cristo que no quiere arder”. ¿Imaginan el valor que infunde un amigo así? El Hijo de Dios ha venido a traer fuego a la tierra, pero no para condenar, sino para incendiar de misericordia los corazones. Dicen que ésta fue la única talla que se salvó de la quema de los piratas.
Durante los últimos años de la pesca ballenera, Cangas albergó una de las tres factorías de España dedicadas al procesamiento de estos cetáceos. Las tres en Galicia. Hoy sólo se trata de un recuerdo. En esta Villa marinera el ser humano se siente moderno. Pero al mismo tiempo, admirado por la madre naturaleza, cauto ante la ferocidad de los mares y abierto a la trascendencia ante la belleza que le supera.
2.- DESDE LA HISTORIA
Cuenta el Padre Gándara (en “Triunfos y armas de Galicia”), entre otros autores, que los helenos fundaron Cangas. Habría sido repoblada posteriormente por galos y romanos. Una antigua creencia sostiene que fue una de las primeras poblaciones cristianizadas tras la predicación del apóstol Santiago y de su discípulo san Epifanio, primer obispo de Tui.
Por su situación geográfica, Cangas padeció el azote de los piratas, que la saquearon en repetidas ocasiones. En 1004, por ejemplo, los árabes arrasan Compostela y también Cangas. La Villa se incorporó al señorío de Santiago en 1121 y el arzobispo Gelmírez la dotó de ciertos privilegios, así como del título de “muy leal”.
Cangas habría contado con un monasterio femenino a principios del s. XVI. La Antigua Colegiata, se constituye hoy en la iglesia de Santiago. En ella se conservan las imágenes del Cristo del Consuelo, san José y san Bartolomé. Existen varias ermitas en la Villa: de la Concepción , San Roque, san Pedro y san Blas y la Magdalena. Las fiestas en honor del Cristo, el último domingo de agosto, han alcanzado gran relieve.
Al parecer, en 1617, unos 2000 piratas turcos tomaron Cangas, la saquearon y la quemaron. Un considerable número de hombres habrían muerto. Ante la tragedia, la locura se apoderó de muchas mujeres (aquí radica el mítico caso de María Soliña, poetizado por Celso Emilio Ferreiro). Su comportamiento desequilibrado habría supuesto que las tomasen por brujas. De ahí arranca parte del mito de María Soliña. Así lo recoge un poema anónimo de la época:
Polo camino ehí ven un home,
Aínda ven lonxe, lonxe, lonxe…
Eu non sei si anda ou si corre,
Porque ven lonxe, lonxe, lonxe.
Viñeron os mouros arrenegados
Alá de moi lonxe, lonxe, lonxe…
Todo arrasaron, e estaba il
Alá moi lonxe, lonxe, lonxe…
Quen fora galgo,
Quen fora páxaro
Quen fora vento!
Aqueles homes eran uns demos
Alá de moi lonxe, lonxe…
Todo levaron e nós fuxemos
Alá para lonxe, lonxe, lonxe.
Por eso aquí llegamos,
En aras del amor
Que cangas tiene fama
De pueblo encantador
Pues todo el mundo sabe
Que entre bellezas mil
Son flores sus mujeres
De mágico pensil
En septiembre de 2014, el Sacerdote D. Servero Lobato fue destinado a Cangas, en sustitución del jubilado D. Jesús Barreiro, con más de dos décadas en su haber, al frente de esta feligresía.
Como dato curioso, señalar la tradición de que a los párrocos de Cangas también les corresponde la atención pastoral de las Islas Cíes.
Se aprecia la disposición de los feligreses al trabajo en grupo. Un atento consejo de economía vela por el plan de conservación patrimonial con seriedad, humildad y ambición cuidadora. Las cofradías se ilusionan cuidando las imágenes y preparando el Encuentro Nacional que albergarán con honor e ilusión en 2016. Diversos carismas llaman a las puertas de la parroquia. La Catequesis se muestra viva y operante. Y las tareas de Caridad se han asumido como un reto que conviene estructurar con una Cáritas ambiciosa por amor, porque desea ir por delante en la senda de la Misericordia.
Redacción